El fuerte viento dificultó ayer durante todo el día las labores de
extracción de un vertido de estireno monómero estabilizado, un producto
químico, en el puerto de Tarragona. El vertido se produjo el viernes,
cuando un buque sufrió un accidente durante las operaciones de carga y
descarga de su mercancía en el Moll de la Química.
En un primer momento, la Autoridad Portuaria de Tarragona (APT) informó sobre un escape de estireno de 5.000 litros. Fuentes de la ATP añadieron que el vertido no había supuesto ningún peligro para la población y que la situación estaba controlada.
Sin embargo, a última hora del viernes admitieron que, en realidad, el accidente presentaba unas dimensiones mucho mayores: “Las tareas realizadas durante la tarde y la información recogida por los equipos técnicos del Puerto de Tarragona apuntan, con datos aún provisionales, que la cantidad de producto vertido podría superar los 80.000 litros”, explicaron los responsables de la Autoridad Portuaria de Tarragona. Otras fuentes alertan de que la cantidad de producto vertido podría llegar a los 100.000 litros.
El estireno es un hidrocarburo volátil y poco soluble en agua. También puede provocar irritaciones en la piel y en las vías respiratorias. Además, es un producto inflamable. Según la ATP, el estireno fue rápidamente confinado en las instalaciones del puerto, en el Moll de la Química. El accidente ocurrió cuando el buque Haldoz, de 92 metros de eslora, operaba en el punto de atraque número 4 de estas instalaciones, destinadas a las numerosas industrias químicas de la zona. En este punto, entre otras empresas, opera la compañía Terquimsa. Tras el suceso, inmediatamente se procedió a extraer el producto con varios camiones cisterna y una lancha auxiliar. Aun así, fuertes ráfagas de viento impidieron a los operarios faenar con facilidad. Por eso, las labores de limpieza de los equipos medioambientales, en las que colaboraron cuatro camiones cisterna, se prolongaron toda la noche del viernes. Ayer siguieron faenando toda la jornada y los efectivos se duplicaron, aunque el viento no dio tregua a los operarios.
El estireno se delimitó con barreras de protección dentro del mar. “Está contenido en un perímetro delimitado, se hará una revisión en el lugar donde está confinado y en el resto del puerto para que no haya ninguna mancha que haya podido salir. El viento se lo ha llevado hacia las rocas, en la desembocadura donde comienza el puerto, y esto hace que esté todo controlado”, explicó ayer el delegado de la Generalitat en Tarragona, Joaquim Nin. La ATP abrió un expediente informativo al buque Haldoz y Capitanía Marítima lo mantendrá retenido a la espera de determinar su responsabilidad en el accidente. También se activó el plan de autoprotección del puerto y el Plan Interior de Contingencias por Contaminación Marina Accidental (PICCMA). En principio, la limpieza del vertido finalizará este fin de semana.
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En un primer momento, la Autoridad Portuaria de Tarragona (APT) informó sobre un escape de estireno de 5.000 litros. Fuentes de la ATP añadieron que el vertido no había supuesto ningún peligro para la población y que la situación estaba controlada.
Sin embargo, a última hora del viernes admitieron que, en realidad, el accidente presentaba unas dimensiones mucho mayores: “Las tareas realizadas durante la tarde y la información recogida por los equipos técnicos del Puerto de Tarragona apuntan, con datos aún provisionales, que la cantidad de producto vertido podría superar los 80.000 litros”, explicaron los responsables de la Autoridad Portuaria de Tarragona. Otras fuentes alertan de que la cantidad de producto vertido podría llegar a los 100.000 litros.
El estireno es un hidrocarburo volátil y poco soluble en agua. También puede provocar irritaciones en la piel y en las vías respiratorias. Además, es un producto inflamable. Según la ATP, el estireno fue rápidamente confinado en las instalaciones del puerto, en el Moll de la Química. El accidente ocurrió cuando el buque Haldoz, de 92 metros de eslora, operaba en el punto de atraque número 4 de estas instalaciones, destinadas a las numerosas industrias químicas de la zona. En este punto, entre otras empresas, opera la compañía Terquimsa. Tras el suceso, inmediatamente se procedió a extraer el producto con varios camiones cisterna y una lancha auxiliar. Aun así, fuertes ráfagas de viento impidieron a los operarios faenar con facilidad. Por eso, las labores de limpieza de los equipos medioambientales, en las que colaboraron cuatro camiones cisterna, se prolongaron toda la noche del viernes. Ayer siguieron faenando toda la jornada y los efectivos se duplicaron, aunque el viento no dio tregua a los operarios.
El estireno se delimitó con barreras de protección dentro del mar. “Está contenido en un perímetro delimitado, se hará una revisión en el lugar donde está confinado y en el resto del puerto para que no haya ninguna mancha que haya podido salir. El viento se lo ha llevado hacia las rocas, en la desembocadura donde comienza el puerto, y esto hace que esté todo controlado”, explicó ayer el delegado de la Generalitat en Tarragona, Joaquim Nin. La ATP abrió un expediente informativo al buque Haldoz y Capitanía Marítima lo mantendrá retenido a la espera de determinar su responsabilidad en el accidente. También se activó el plan de autoprotección del puerto y el Plan Interior de Contingencias por Contaminación Marina Accidental (PICCMA). En principio, la limpieza del vertido finalizará este fin de semana.
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