Cuencas internas de Galicia costa
Esta
zona se caracteriza por tener ríos de escaso recorrido pero con
abundantes precipitaciones. Los cauces gallegos, eso sí, están
fuertemente regulados, con una presa por cada 132 kilómetros de río.
Esto ha provocado casos como el de la presa en las 'Fervenzas' de Ézaro, sobre el río Xallas.
Antes, se formaba una enorme cascada que desembocaba directamente en el
mar. La construcción del embalse mantiene la cascada seca sin respetar
el caudal ecológico mínimo del río (el 10%). Las protestas de
organizaciones y vecinos desde el año 2000 sólo han conseguido que la
central suelte agua los domingos de 12.00 a 13.30 horas, para que los
ciudadanos puedan contemplar ese rato la cascada. En cuanto a
la calidad del agua, la Xunta admite que sólo el 22% del agua
superficial cumple los objetivos medioambientales de la Directiva Marco.
El principal problema de la cuenca es la falta de depuración de las aguas residuales urbanas de muchas poblaciones.
Cuencia hidrográfica del Norte
Las modificaciones y dragados de ríos son habituales en esta zona. Además, los vertidos de aguas residuales están generalizados, sobre todo en cauces de la red hidrográfica gallega, y afectan a varios ríos, especialmente el Limia.
El 40% del agua embalsada de esta cuenca tiene problemas de eutrofización (contaminación por nitrógeno y/o fósforo),
que provoca un aumento de la turbidez del agua y el crecimiento de
algas que proporcionan color, sabor y olor desagradable, haciéndola
inservible para el consumo humano.
Cuencas internas del país Vasco
La actividad industrial de esta zona, ligada al aumento de la
población, ha provocado un fuerte aumento de la demanda de recursos
hídricos. En estos ríos se levantan más de un millar de diques que
modifican la dinámica natural del cauce. Los vertidos industriales han
provocado que en la mayor parte de los tramos medios y bajos de los ríos
haya elevadas tasas de contaminación por metales pesados y otros compuestos tóxicos y peligrosos. Además, los vertidos son muy importantes: hay 284 núcleos urbanos que todavía no depuran sus aguas residuales.
Cuenca hidrográfica del Duero
El consumo agrícola es predominante en esta región, donde el 52% de la
superficie de la cuenca la ocupan campos de cultivo. Uno de los
problemas principales de esta zona son los vertidos industriales,
que han llegado a afectar seriamente el suministro de agua potable a
poblaciones como Ávila o Valladolid. Además, es deficiente o nulo el
grado de depuración de aguas residuales urbanas. En los acuíferos, los mayores problemas provienen de los purines de explotaciones porcinas, que afectan a acuíferos como el de Los Arenales, el mayor de España.
Cuenca hidrográfica del Tajo
Este caso resulta especial por el elevado consumo urbano e industrial,
básicamente por la población de Madrid. A pesar del elevado número de
presas, se ha denunciado el escaso caudal de muchos ríos, como el Lozoya
o el Jarama, dado que la política del Canal de Isabel II, que gestiona
estas aguas, es que no circule apenas agua por los ríos, con lo que no
se pueden satisfacer las necesidades de fauna y flora. Además, en la
Comunidad de Madrid se han detectado 18.600 pozos ilegales, de los que se extraen 70 hectómetros cúbicos al año sin autorización. En cuanto a la calidad, el 80% de los acuíferos presentan problemas de contaminación por nitratos,
y el deficiente estado de depuración de las aguas residuales hace que
21 de los embalses tengan niveles altos de autrofización.
Cuenca hidrográfica del Guadiana
Los vertidos industriales y las malas prácticas agrícolas hacen que el
agua de este río sea de muy mala calidad. Los contenidos en amonio, fosfatos y microorganismos
detectados aguas abajo de ciudades como Ciudad Real, Badajoz o Mérida
son especialmente elevados. Además, son especialmente importantes los
vertidos de origen industrial. En las orillas del río Tinto se
acumulan más de 120 millones de toneladas de residuos tóxicos y
radiactivos, que hacen que Huelva sea la zona de España con mayor tasa
de morbilidad por cáncer. También es destacable el caso del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel,
donde la extracción ilegal de pozos -hay al menos 60.000 en los
acuíferos 23 y 24- es preocupante. El Parque de las Tablas ha pasado de
tener 20 kilómetros cuadrados de extensión a tan sólo 1 kilómetro, y las
marismas tienen que ser regadas con agua de pozos.
Cuenca hidrográfica del Guadalquivir
Ésta cuenca presenta afecciones extremas por falta de depuración, contaminación química y campos de golf.
Cuenca hidrográfica del Ebro
Greenpeace califica de 'muy deficiente'
el estado del agua de esta cuenca, principalmente por los vertidos de
origen industrial. Como muestra, un dato: las 300.000 toneladas de
residuos peligrosos de Ercros depositadas dentro del cauce del
Ebro, del que se abastece una población cercana al medio millón de
personas. También destacan los vertidos de aguas residuales urbanas,
especialmente en la zona de Aragón. En esta cuenca, la introducción de especies acuáticas exóticas, como el mejillón cebra o los siluros, ponen en serio peligro de desaparición especies autóctonas.
Cuencas internas de Cataluña
El principal problema son los vertidos de origen industrial, especialmente en los ríos Foix y Morgent,
seguidos por el Llobregat y el Besós. Además, en municipios como
Barcelona, Sabadell o Viladecans no se depuran las aguas residuales
urbanas, o se hace de forma deficiente. A la mala calidad contribuye la contaminación de los acuíferos, por las malas prácticas agrícolas y ganaderas,
que han contaminado con nitratos el 15% de los reservorios de esta
cuenca, y la excesiva demanda, por la agricultura, la demanda urbana y
turística.
Islas Baleares
Esta es
una cuenca con muy pocos ríos, casi todos los recursos hídricos
provienen de acuíferos, que en su mayor parte están contaminados por las
malas prácticas agrícolas. Además, la presión urbanística y el uso turístico provocan una sobreexplotación de los recursos.
Cuenca hidrográfica del Júcar
Las peores afecciones de esta zona son la falta de depuración, el
modelo agrícola, turismo y campos de golf, junto con problemas generados
por la sequía y la desertización. Mención especial merecen en el
informe los regadíos de Albacete, que han provocado que el cauce del
Júcar permanezca totalmente seco en 40 kilómetros de su recorrido.
Cuenca hidrográfica del Segura
La situación es muy grave por su agricultura, la contaminación química,
el modelo energético, el turismo, los campos de golf, y la sequía. El
informe califica esta zona como 'un paradigma de la pésima gestión y la
falta total de control', en una zona que además tiene las menores
aportaciones naturales de todas las cuencas del Estado. A pesar de ello,
posee el segundo consumo porcentual de agua para usos agrícolas más
elevado. Sólo en la provincia de Albacete, el 50% de sus municipios no da tratamiento alguno a sus aguas,
transformando la parte baja de los ríos Segura y Guadalentín en
colectores de aguas fecales. Además, las malas prácticas agrícolas han
provocado que buena parte de las aguas subterráneas estén contaminadas
con nitratos y pesticidas.
Además, la altísima demanda para la agricultura ha provocado la detracción de caudales,
tan elevada que en muchas zonas sólo llega al mar el 4% del caudal de
los ríos, muy por debajo del caudal ecológico mínimo, establecido en el
10%.
Islas Canarias
Ésta comunidad
es pionera en la utilización de la desalación de agua marina, aunque a
pesar de ello el suministro para casi todos los usos proviene de aguas
subterráneas, lo que acarrea importantes problemas de sobreexplotación. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario