Titular y foto del periódico El Día (26 de mayo, 1987). Así comenzó todo.
El pasado 14 de agosto, el BOE publicó el convenio suscrito entre el Ministerio de Medio Ambiente y la consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón para financiar el programa de descontaminación de suelos del año 2006. Por dicho acuerdo, cada parte se compromete a gastar un millón de euros, en total, dos millones de euros. Y todo destinado a gestionar el vertedero de Bailín en Sabiñánigo (Huesca).
¿Y por qué ese caudal de dineros para Bailín? Pues porque allí reposan los residuos químicos de HCH que nos dejó como herencia Inquinosa (Industrias Químicas del Noroeste SA). Ahora que van a cumplirse 20 años de las primeras denuncias de los ecologistas, conviene mantener la memoria.
Inquinosa llegó a Sab¡ñánigo en 1975. Producía lindano, un biocida organoclorado, y los residuos de HCH producidos en la fabricación del lindano fueron depositados durante años en varios puntos, entre ellos los vertederos de Sardas y Bailín. En 1987 comenzaron las primeras denuncias por las irregularidades en los vertidos y la contaminación del río Gállego. En 1989 la empresa cerró y nos dejó un terrible legado a los aragoneses que nos está costando muchos millones de euros de nuestros bolsillos y no sabemos cuánto de nuestra salud.
Esto se puede leer el la web del HIOBE, la Sociedad Pública de Gestión Ambiental dependiente del Gobierno Vasco:
El HCH es el residuo de la fabricación del pesticida Lindane. Este residuo tóxico presenta serios riesgos para la salud humana y el medio ambiente, destacando su posible carcinogeneidad ante una exposición repetida a altas dosis.La Agencia para la Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos, considera al HCH como un contaminante tóxico prioritario.
Dos millones para deshacernos de la herencia que nos dejó Inquinosa, más los que ya llevamos gastados. Iremos recordando los diversos capítulos de la historia.
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